Desde niño me enseñaron que “Dios es tres personas en una: Padre, Hijo y Espíritu Santo”. De hecho, era costumbre cantar, al final de cada servicio al que acudía, el famoso “Gloria Patri”, el cual anunciaba dicha enseñanza: “Gloria demos al Padre, al Hijo y al Santo Espíritu. Como eran al principio…”
Sin embargo, cuando preguntaba sobre la Trinidad, y cómo era que “Dios” podía ser uno sólo, y a la misma vez tres personas, me respondían lo mismo: “Dios está compuesto de tres personas, y las tres son Dios; el Padre es Dios, Jesús es Dios y el Espíritu Santo es Dios”. Algunos, incluso, me lo ilustraban con el famoso triángulo que, en cada pico, tenía los nombres de cada persona de la Trinidad. Pero yo seguía sin entender, así que, al fin de cuentas, terminaban diciendo la clásica explicación del acertijo inexplicable: “La Trinidad es un misterio que sólo lo podremos entender cuando Cristo venga y nos sean reveladas todas las cosas…”
¿Le pasó algo similar a usted? Bueno, le tengo buenas noticias: No tendrá que esperar hasta el día en que venga el Mesías para entender este supuesto misterio. Para empezar, veamos lo que la Escritura dice sobre la naturaleza de Yahwéh nuestro Creador:
Para empezar, es necesario establecer que Yahwéh es uno. Él no se compone de dos o tres seres, ni nada similar. La Escritura nos dice que Él es uno, y no hay otro fuera de Él (Isaías 45:5) Ésto era lo que creían y entendían los antiguos, como Avraham, Yeshayahu/Isaías, Ezrá/Esdras y Yirmeyahu/Jeremías, entre muchos otros. Ésto era lo que creían los discípulos de Yeshúa, e incluso el mismo Shaúl (Pablo). De hecho, el mismo Shaúl lo declara en su primera carta a los Corintios:
Y, por si fuera poco, el mismo Yeshúa admitió que su Padre es el único Elohim verdadero:
Entonces, ¿acaso Yeshúa no es “Dios”? Veamos.
¿Son Yeshúa y Yahwéh la misma persona?
Dentro del concepto de la Trinidad está implícita la idea que Yeshúa y Yahwéh son la misma persona. Sin embargo, esto es un gran error, y es fácilmente comprobado a través de las Escrituras.
El mismo Shaúl (Pablo) hizo esta aclaración en la carta a los Corintios:
Notemos que Shaúl no nos dice meramente que hay un solo Elohim, si no que hace una clara distinción entre el Padre y el Hijo, dando a entender claramente que son dos personas distintas.
El mismo Yeshúa hizo siempre una distinción clara entre él y su Padre. Veamos algunos ejemplos:
Si Yeshúa es Yahwéh, ¿cómo es que él dice que no ha subido a su Padre? ¿Por qué hace la distinción al decir “a mi Padre y Padre de ustedes, a mi Elohim y Elohim de ustedes”? Ciertamente son dos personas distintas.
Si Yeshúa es Yahwéh, ¿cómo es posible que el Hijo no sepa cuándo regresará a la Tierra? Ciertamente ésto no hace sentido bajo el concepto Trinitario y sólo tiene una explicación lógica: Yeshúa es el Hijo de Yahwéh, pero no son la misma persona. Sólo Yahwéh es el único Elohim verdadero y digno de toda adoración. El mismo Yeshúa lo reconoció como tal y le rindió homenaje como tal:
Es aparentemente contradictorio que el mismo Yeshúa dijo:
Tal pareciera que él mismo está diciendo que es Yahwéh. Sin embargo, el próximo verso explica la aparente contradicción:
Yeshúa NO está diciendo que él es el Padre, sino que el Padre, es decir, la presencia del Padre, es quien obra a través de él.
Por otro lado, Yeshúa también dijo:
Sin embargo, tampoco ésto quiere decir que él y el Padre son el mismo. De otro modo yo tendría que decir que mi amada esposa y yo somos la misma persona, pues las Escrituras dicen que cuando un hombre se une a su mujer ambos se constituyen “una sola carne” (Bereshit/Génesis 2:24). Lo que Yeshúa quiso decir es que él y el Padre actúan en armonía y en acuerdo. De hecho, Yeshúa mismo dijo que nosotros seríamos uno junto con ellos:
Si la frase “yo y mi Padre somos uno” significa que ambos son la misma persona, entonces tendríamos que decir que nosotros somos Yeshúa y Yahwéh, pues somos “uno en ellos”. ¿Hace ésto algún sentido? Verdaderamente no. Sin embargo, cuando entendemos que lo que Yeshúa quiso decir es que nosotros actuaríamos en armonía y acuerdo con ellos, de la misma forma en que Yeshúa obra en acuerdo y armonía con el Padre, entonces hacen perfecto sentido sus palabras.
¿Y en qué lugar queda la rúaj haqódesh (espíritu de santidad)?
La rúaj haqódesh (el espíritu de santidad) no es otra cosa que la manifestación del poder del Padre aquí en la Tierra. La rúaj haqódesh NO es una persona. Desde el principio, la ruaj haqódesh se describe en las Escrituras como el espíritu de Yahwéh.
El mismo Yeshúa dijo que Yahwéh es espíritu (rúaj):
Muchas personas ignoran que la palabra hebrea para espíritu es rúaj, y dicha palabra, además de traducirse como espíritu, también se traduce como viento o aliento. Nada más con analizar el significado de la palabra en sí podemos inferir que no se trata de una persona, sino una manifestación.
Un aspecto que ha traído mucha confusión respecto a este asunto de la rúaj haqódesh es el uso de las personificaciones en las Escrituras. Por ejemplo, Shaúl dijo:
En este verso, aparentemente, se describe a la rúaj haqódesh como una persona. Sin embargo, al observar claramente, vemos que está hablando de un atributo de Yahwéh: la rúaj haqódesh que proviene de Yahwéh. Por otro lado, el uso de la personificación (o sea, atribuir características de persona a algo que no lo es) en las Escrituras es muy común. Un perfecto ejemplo de ésto es la forma en que se describe a la sabiduría:
Si dijéramos que la rúaj haqódesh es una persona por la forma en que las Escrituras la describen, entonces tendríamos que decir lo mismo de la sabiduría, lo cual no hace sentido. Es más, tendríamos un gran dilema, pues la Escritura nos hablan de varios “espíritus” que reposan sobre Yeshúa, los cuales tendríamos que decir que también son personas divinas, pues todos son descritos a través de la Escritura utilizando personificaciones:
Ciertamente no hace sentido, como no hace sentido afirmar que la rúaj haqódesh es una persona.
En adición, toda persona importante en las Escrituras tiene un nombre propio. El nombre del Creador es Yahwéh, y el de su hijo es Yeshúa (o Yahoshúa). ¿Cuál es el nombre de la rúaj haqódesh? Las Escrituras no registran nombre propio alguno para ella, pues es el poder de Yahwéh mismo.
Para culminar esta discusión sobre la Ruaj de Yahwéh, veamos una interesante visión que tuvo Yojanán/Juan, narrada a través de varios capítulos en Apocalipsis:
Si examinamos bien los capítulos 4 y 5 de Apocalipsis, veremos que, entre todos los seres descritos, tenemos a uno que está sentado en el trono (Yahwéh) y vemos mas tarde a otro, semejante a un Cordero inmolado (Yeshúa), que está de pie delante de Él. Ahora bien, si Yahwéh y Yeshúa son el mismo, ¿cómo es que uno está sentado en el trono y el otro está de pie? Y más aun: ¿dónde esta la rúaj haqódesh en todo esto? Creo que está bastante claro lo que quiero decir.
Entonces, ¿de dónde surgió la idea de la Trinidad?
Lamentablemente, luego que todos los discípulos de Yeshúa y Shaúl (Pablo) murieron, las congregaciones cayeron en apostasía, y comenzaron a aceptar e incorporar creencias paganas dentro de la fe. Esto dio lugar a muchos dogmas erróneos, como lo es el de la Trinidad, pues era común en las religiones paganas la existencia de una “Trinidad” (por ejemplo, Júpiter, Juno y Minerva para los romanos, conocidos también como la Tríada Capitolina). Durante el Primer Concilio de Nicea (en el año 325 E.C.) se ratifica oficialmente la igualdad del Padre y el Hijo como doctrina aceptada por la iglesia emergente. Posteriormente, durante el Primer Concilio de Constantinopla (381 E.C.) se ratifica como tal la creencia de la Trinidad, la cual fue adoptada por la iglesia católica y, finalmente, por la mayoría de las iglesias descendientes de ésta hasta nuestros días.
¿Qué hay con Mateo 28:19 y 1 Juan 5:7?
Muchos alegan que los versos antes citados apoyan la idea de la Trinidad. Lo que ellos ignoran es que tales versos no aparecen en los escritos originales y/o han sido alterados por la “pluma mentirosa de los escribas” (Yirmeyahu/Jeremías 8:8, RV1960) a conveniencia. Veamos:
Este verso tiene dos problemas fundamentales. Primero, según la versión en hebreo del Mateo de Shem Tov, este verso no dice “en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo”. Debe decir “en mi nombre”, refiriéndose a Yeshúa. Por otro lado, si el verso estuviera correcto de esta forma, entonces todos los discípulos desobedecieron a Yeshúa, pues el libro de Maaséh/Hechos nos dice que ellos sumergieron en el nombre de Yeshúa, y no en el nombre de la Trinidad (vea Maaséh/Hechos 10:48, Maaséh/Hechos 19:5) Por lo tanto, la instrucción recibida por los discípulos fue sumergir en el nombre de Yeshúa, y no en el nombre de la Trinidad.
Este verso sencillamente no existe en los manuscritos más antiguos, por lo cual carece de validez al utilizarlo como defensa del dogma de la Trinidad.
La Trinidad: idolatría desagradable a Yahweh
La Trinidad, como hemos visto, es un concepto anti-Escritural que tiene sus raíces en el paganismo. El ver a nuestro Creador como una Trinidad va en contra de todo lo que Él es y, por consiguiente, nos hace incurrir en idolatría, pues estaríamos adorando a “dioses ajenos” que no son Yahwéh. Peor aún: estaríamos atribuyendo a Yahwéh una característica comúnmente atribuida a dioses paganos, lo cual es abominable ante sus ojos.
Desechemos toda idolatría y adoremos al único Rey y Creador nuestro: Yahwéh el Poderoso.
1Consulte Mishlé/Proverbios 8 para una descripción personificada de todos éstos “espíritus”.
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