Por. Esther Vargas y José Iturralde
“Yahweh les da valor a los humildes y echa por tierra a los malvados”[1]
“tu oirás el anhelo de los humildes, oh Yahweh, tú animarás su corazón y le prestaras atención”[2]
¿Qué es la Humildad?
Es la actitud que considera el respeto y la cortesía hacia otros.
El de espíritu humilde reconoce su propia condición de individuo, creado. Teniendo como Soberano Supremo a Yahweh, el único Elohim verdadero.
Esta condición es lo opuesto a la condición de presunción y orgullo.
La persona humilde y sencilla, reconoce su dependencia en Yahweh, no busca el dominio sobre sus semejantes, sino que aprende a darles mayor valor, por encima de sí mismo.
“No hagan nada por rivalidad ni por vanagloria, sino estimen humildemente a los demás como superiores a ustedes mismos”[3]
“vivan en armonía unos con otros; no piensen en grandezas; que los atraiga lo humilde; no se tengan por sabios en su propia opinión”[4]
“Así mismos ustedes jóvenes, estén sujetos a los ancianos; y revístanse todos de humildad unos para con otros, “porque: Yahweh se opone a los arrogantes, pero da gracia a los humildes”[5]
“El Elohim que consuela a los humildes nos consoló con la venida de Tito.”[6]
La recompensa del humilde
A su tiempo Yahweh exaltará a los humildes, sobre los soberbios que los oprimen. El ego es nuestro mayor enemigo, y nos puede llevar a la idolatría, que nos alejaría de nuestro Hacedor.
Y dentro de la asamblea podemos ocasionar grandes problemas, hacia los hermanos y líderes, contaminando a muchos con malos ejemplos, siendo separatistas, preferenciales, egoístas, marginales, habladores etc.
“…quita a los poderosos de sus tronos y levanta a los humildes.”[7]
Nuestro maestro Yahoshua es el mayor ejemplo de humildad, pues siendo Hijo de Yahweh, se humilló asumiendo naturaleza humana y dio todos los pasos para comportarse en humildad y como el mismo dijo porque era manso de espíritu.
Él es nuestro ejemplo a seguir y ser como él, nos asegura ver a Yahweh avinu, bendito es El.
“Lleven mi yugo sobre ustedes y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón y hallaran descanso para sus vidas.”[8]
“porque el Hijo del hombre, no vino a que le sirvan; sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos.”[9]
La verdadera humildad se distingue de la falsedad, de la hipocresía que es egocéntrica.
Siendo todo lo contrario, la humildad, trata más bien, de un voluntario desprecio y ausencia de orgullo acompañado de una honesta valoración de uno mismo.
Reconociendo que soy imperfecto y mortal, y de la aceptación en nuestra conciencia de que nada somos y nada es nuestro.
Pues todo lo ha hecho Elohim, al mundo con sus moradores y el universo, para que podamos servir con actitud de corazón humilde y sencillo, desinteresadamente movidos y guiados por el Espíritu de Santidad.
Y recordando el dicho: “el que no sirve, no sirve”
“Cuando otros se hundan, tú dirás que es orgullo; porque Él salva al humilde.”[10]
Como dice el sheliaj Shaúl: “… pero el fruto del espíritu es; amor, gozo, Shalom, paciencia, benignidad, bondad, emunah/fe, mansedumbre y dominio propio.”[11]
“Conclusión del asunto, después de oírlo todo, es está: Respeta a HaElohim y guarda sus mandamientos, pues esto es el deber de todo hombre. Porque HaElohim traerá a juicio toda acción junto con todo lo escondido, sea bueno o sea malo.”[12]
Oración:
“Gracias Yahweh avinu, por esta reflexión que ayudé a mi esposo a armar, pues tu Padre, pusiste la idea en él.
Es nuestro deseo y oración por nuestro hermanos y ancianos, todos en un mismo espíritu reconociendo nuestra carencia espiritual, unánimes oramos con corazón limpio.
Te pedimos Padre Yahweh, por nuestros hermanos, por todo Yisrael, por los mansos de la tierra, y por las naciones, por los que estamos oprimidos por diversas causas:
asustados por la pandemia mundial, enfermos, sufriendo perdidas familiares y sabiendo de muchos fallecimientos al rededor, falta de trabajo, dificultades para alimentos y artículos de primera necesidad etc.
Padre bendito tu nos conoces a todos por nombre y te damos gracias porque tú no duermes, ni te adormeces, gracias por todos los beneficios recibidos, gracias por los hermanos que se han recuperado de carencias, y por enfermedad, gracias por la salud y crecimiento de nuestros hermanos Silvina y Marcos, en el Nombre sobre todo nombre, que le diste a tu hijo amado nuestro maestro y mesías, Yahoshua, amén”
[1] Tehilim. 147:6
[2] Tehilim. 10:17
[3] Filipenses 2:3
[4] Romanos 12:16
[5] 1ª Kefa 5:5
[6] 2ª Corintios 7:6
[7] Lucas 1:52
[8] Mateo. 11-29
[9] Marcos 10:45
[10] Iyov 22:29
[11] Gálatas 5:22
[12] Qohélet 12:13-14
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